Para facilitar la comprensión del lector los principales desafíos de esta nariz se dividirán en dos grupos, en función de su factibilidad a través de rinoplastia de reducción de abordaje cerrado versus la rinoplastia estructural de abordaje abierto con injertos.
Los problemas que se trataron a través de un abordaje cerrado fueron la punta severamente sobreproyectada, la giba dorsal, de manera parcial el rombo dorsal, las crestas dorsales, la anchura nasal, gracias a su grado moderado también la caída de la punta, la punta descendiente y la prominencia alar dinámica.
Todos los problemas anteriores también son tratables mediante un abordaje abierto aunque esto es innecesario, sin embargo, esta nariz tenía dos características étnicas que solo se solucionan de manera eficiente y segura con rinoplastia estructural bajo visualización directa y acceso esquelético total a ellas; sin embargo estos dos gestos técnicos no se encontraban entre los objetivos del paciente y él optó por someterse a una rinoplastia de reducción endonasal hasta el nivel máximo de despliegue técnico.
El primero de estos dos problemas que debe ser tratado específicamente bajo un abordaje abierto es el cuarto inferior del rombo dorsal, debido a que la bóveda intermedia estaba bastante pinzada y demasiado estrecha; esto podría haber disfrutado del beneficio de un par de injertos espaciadores o ensanchadores muy finos para ampliar el dorso en ese punto con el fin de que coincidiese con las líneas paralelas de contorno que descienden desde el rádix nasal hasta la punta de la nariz; a pesar de no aplicar esta solución el resultado es bastante bueno y el decalaje entre las partes superiores del dorso y su parte inferior es apenas perceptible.
El segundo problema que necesariamente requiere técnicas complejas e injertos es la evidente inversión o concavidad de las cruras laterales, una característica muy típica en las narices árabes; este problema no era tampoco severo y el paciente no expresó ninguna preocupación al respecto ni exigió su corrección.
Este paciente sólo buscaba una rinoplastia de reducción básica para suavizar sus rasgos cincelados y lograr un aspecto más equilibrado, a pesar de los evidentes problemas estructurales antes mencionados, su deseo expreso fue recibir una simple rinoplastia de reducción escalada hasta los límites de su factibilidad técnica; no obstante su punta fue reducida ligeramente y masivamente desproyectada como es normalmente parte de casi todos y cada uno de los casos de rinoplastia de reducción, aunque tal desproyección de punta no de forma habitual de esta manera tan ambiciosa.
El abordaje cerrado es el estándar en cualquier rinoplastia básica de reducción; se eliminó la giba dorsal, sin embargo el perfil óptimo del dorso no era tan bajo o suficiente como para incluir el inestético rombo dorsal dentro de la giba eliminada, meramente de forma parcial por lo que dejó la profundidad del grueso rombo aun ahí; así que la siguiente etapa consistió en un estrechamiento del dorso mediante resección paramedial con bisturí de la sincondrosis de la bóveda intermedia y una resección con escoplo de la sinostosis del dorso óseo; las osteotomías subsiguientes permitieron el cierre del techo y el estrechamiento efectivo final de la nariz en el dorso y en la base de la pirámide; luego se acortaron las cruras laterales y mediales unos pocos milímetros para que la punta se desproyectase hasta un nivel adecuado y deseado.
Las rinoplastias de reducción básica pueden conducir a resultados asombrosos como en este caso incluso cuando están presentes problemas estructurales anatómica y genéticamente mayores y los objetivos del paciente son relativamente altos pero aun no requieren un grado de refinamiento técnico que necesariamente involucraría un caso de rinoplastia estructural.
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